BARCAZA DE HIELO

Estándar

Estoy inerte sobre algo gélido que me arrastra, mis pies están fríos y se entumen; no sé cuándo cerré los ojos, cuándo baje la vista y te perdí, hoy al abrirse mis parpados, te veo allá en la lejanía, en un horizonte que ya no es el mío y del que cada minuto me alejo más,

 

dices algo, pero no lo escucho, no por la distancia, sino porque mis oídos se han quedado sordos, quién cerro los ojos primero?, quién abrió las manos y soltó al otro?, supongo que fui yo, ya que es a mi a la que arrastra esta corriente, pero tú no me sujetaste, no me asiste con tus manos y permitiste que me alejara hasta este punto donde la corriente me separa de tu sitio;

 

mis pies!, no siento ya mis pies, mi cuerpo se siente frío, mis manos buscan el calor de mi aliento, pero de él solo sale un vapor espeso que antes de llegar a ellas se esfuma; mis ojos están cansados y esta barcaza de hielo que emigra conmigo a cuestas, se hace cada vez mas pequeña, el agua ahora llega a mis rodillas,

 

el agua está fría, pero no tanto como yo, mi corazón parece detenerse, pero sigue luchando, ahora, solo te veo como un punto distante en el horizonte, no distingo ya tu rostro, mi corazón se esfuerza por seguir latiendo, por conservar un cuerpo que ya no habito, que mi alma abandonó desde aquel día en que me di cuenta que tus ojos ya no eran míos.

Sin decir Adiós

Estándar

En lo profundo del cielo

y un poco más allá del mar

sé que los podré encontrar

 

Sé que sus ojos no se han perdido

que su mirada nos sigue observando

y de allá donde están

nos están esperando

 

Es difícil vivir sin su risa

es confuso anhelar su presencia

sin embargo reina la esperanza

de esa vida sin reticencias

 

Nos volveremos a ver de eso no cabe duda

nos esperan en el horizonte lejano

en la conjunción de lo eterno y lo humano

 

Le pido a Dios por su descanso

y por nosotros la resignación pronta

son duras las despedidas,

no me agradan los adioses,

por eso les digo

mis amados sobrino y hermana

hasta luego y que en paz descansen.

Necesitarte.

Estándar

No me interesa sino amarte

tener un trozo de vida a tu lado

gozar instantes interminables en tu compañía

escuchar anécdotas en las que no estuve

e imaginarme e imaginarte

construir juntos, en el presente,

en este presente que tenemos,

en estos momentos que decidimos compartir

Cualquier cosa que nos plazca

 

Salir un día juntos

regresar de madrugada

no dormir en toda una noche

conversar con calma

palpar tu rostro

degustar tu aliento

observarme en tus ojos

 

No puedo sino extrañarte

recordarte mágico entre las colinas

mantener tu imagen en mi memoria

y desear de nuevo la cercanía de tus manos

 

No recuerdo  momentos más dulces

que aquellos transcurridos en tus brazos,

de noche, de día, en cualquier horario

siempre confortables,

siempre prestos para la caricia,

el abrazo, el consuelo, el alivio

y todo lo que mi ser necesitase.

 

 

 

Vacaciones

Estándar

Se supone que no hable de ésto?, no lo sé, no sé con cuanta libertad me sienta hoy, pero lo intentaré.

Hoy es mi primer día de trabajo, después de mis vacaciones, estuve fuera de Huatabampo exactamente catorce días y aproximadamente catorce horas, mis vacaciones empezaron el día sábado tres de agosto y partí el día domingo cuatro.

Todo fue un tanto rápido, una llamada, una aceptación y una incertidumbre enorme de lo que pasaría, pero al final el automóvil fuera de mi casa y yo abordándolo con mis dos maletas que anunciaban un «no pronto regreso», me hizo pensar que todo sería maravilloso, y lo fue.

Llegamos a destino ya en la madrugada del lunes, después de varias paradas para estirar las piernas y a cenar. Estuve en una ciudad que sólo era «otra ciudad» con un clima que la hacía ver agradable, con una compañía que la hacía ver hermosa, nunca me molestó tener que levantarme temprano para lavar la ropa que habíamos usado el día anterior, preparar el desayuno y comerlo en una mesa redonda, teniendo en frente a la única persona que me hace creer, sentir y pensar que el tiempo se ha detenido, y que no cambiaría su compañía ni por el mayor de los tesoros, porque él en sí lo es.

Mi día iniciaba temprano y terminaba tarde, invariablemente tomando de almohada no la tradicional, sino una mucho más cálida y poco convencional, las horas transcurrían rápido, los días pronto se convertían en noches.

En estas vacaciones experimenté sensaciones nuevas, sentimientos que no creí que podrían existir; viaje por el sistema solar acompañada de mi hijo y de él, en una ford ranger de caja extralarga, Ángel fue el guía mientras bajabamos de los anillos de saturno y nos colabamos a marte por una calle empinada, mientras los pasos a desnivel y los tuneles me confundían, él decía con su pequeño índice señalando en alguna parte del mapa, que nunca aprendí a leer, estamos aquí, mientras esperaba la afirmación de nuestro guía, salíamos a trabajar y volvíamos a casa justo a tiempo para preparar la camida, y justo a las 3:30 llegaba él y su prima a comer.

En estas vacacione todos fuimos super héroes, y de vez en cuando super villanos, aprendimos que es más divertido el hockey de mesa cuando pierdes si eso trae aparejada la infantil carcajada de tu pequeño adversario.

En estas vacaciones aprendí que puedo ser inmensamente feliz con muy poco, aprendí que puedo ser feliz teniendo a mi lado a sólo dos personas, aprendí que una tarjeta del FUN y cincuenta pesos, pueden darme más que sólo diversión, aprendí que mi hijo odia el cine y prefiere ir a visitar el planeta de la justicia, con su nueva amiga a la que quiere cuarenta y sesenta mil, aprendí que para ser un héroe no necesitas capa ni super poderes, sólo estar dispuesto a escalar una resbalidilla «muy inclinada» si un niño esta llorando de miedo en la cima, sobre todo si ese niño es mi hijo, y sobre todo si ese niño se prende de tu cuello en cuanto te ve acercarte, sobre todo si al ir caminando por la calle te toma de la mano y tú haces lo mismo, sobre todo si has aprendido a concerlo y negociar con él.  

Estas vacaciones han sido por mucho las mejores que he tenido en mi vida, comprendí que no es posible negar las obviedades, que no es posible mentir con los labios cuando los ojos ya han respondido, comprendí que no importa donde esté siempre estaré pensando en la maravillosa persona que me ha enseñado y hecho comprender infinidad de cosas. También comprendí que para demostrar cariño, afecto o amistad no necesitas mucho tiempo, basta con pasar un par de días con las personas para darte cuenta si son tus amigos, si hay cariño.

Y entre tantas cosas les dejo el sabio consejo de mi mejor amiga «no vale la pena postergar aquello que sabemos ineludible; no vale la pena perder tiempo esperando, no esperes busca lo que quieres».

Sé que no hay muchas personas que leen este blog, pero si sé que hay alguien en especial que lo hace.

A media noche

Estándar

Hay cosas que no puedo decirte al tenerte enfrente y no es por cobardía ni desinterés ni abulia ni hermetismo, es porque al tenerte al lado todo es tan simple que se vuelve complejo, la sencillez es la parte más difícil de entender de la vida.

No me es posible decirte que eres la parte exacta que complementa mi espacio, que te convertiste tan lentamente en la soga que mantiene mis pies atados en la tierra de una manera tan dulce que no necesito volar, que con el tiempo te fuiste instalando en mi vida en ese sitio adecuado y perfecto en el que solo tu tenias cabida y en el lugar apropiado para ser el refugio en el cual liberarme de todo aquello que me lastima, que me hace daño, que me aleja de mi y de ti, que en tus brazos mejor que en ningún otro sitio me he sentido confortada, aliviada, incluso cuando la causa de mi angustia proviene de ti, porque te convertiste en el amigo perfecto, en el oyente adecuado, en el consejero ideal, aquel que sugiere, que opina cuando se le requiere y calla si es necesario, te convertiste en alguien importante en mi universo, pudiendo hacer todo sin provocarme una necesidad de ti, sin crear una dependencia, pero si un deseo, una alegría de tu presencia.

No he podido decirte que es extraño verte hoy después de todo lo ocurrido, no puedo hacerlo como antes, sigues siendo el mismo, la misma persona dulce y bondadosa, pero hoy que te escribo a media noche, diciéndote aquello que no he podido con palabras no por desgano, no por apatía, sino por falta de tiempo, de espacio, de silencio, es extraño no dar por cierto todo aquello que creímos conocer, saber.

Todo pasa, incluso el dolor, incluso la angustia, también la desazón; todo pasa, concluye, se termina, las relaciones se enfrían, los sentimientos se olvidan, y al final nos queda el dulce recuerdo de lo que pudo haber sido, de lo que fue.